CRÍTICA: SECRET SPHERE – BLACKENED HEARTBEAT

 

SECRET SPHERE

(Blackened Heartbeat)

8´5/10

 

Toda una joya del metal italiano que siempre se quedó a la sombra de nombres como Rhapsody. Eso es Secret Sphere. Esta banda nos ha dejado discos de culto en sus primeros años, siendo cumbre para mí su segundo redondo “A Time Never Come”. La salida de su vocalista Roberto Messina no restó brillantez al grupo con la entrada del fenomenal Michele Luppi, aunque el original tiene algo que ni con toda la calidad del mundo se puede superar. Así que esta segunda etapa de Roberto en la banda es todo un atractivo para los seguidores más longevos, que podrán recordar en este “Blackened Heartbeat” ciertos aromas de aquella época tan brillante para el power metal.

Porque a estas alturas no vamos a descubrir a la banda, pero en algunos casos sí que supone una reconexión con el grupo. La diferencia es que estamos ya ante una undécima obra que deja un calado tremendo, atreviéndose con un disco conceptual que resulta en cualquier caso lúcido musicalmente hablando independientemente de que sigas o no la historia. Cada tema por separado tiene variedad y calidad suficiente para resultar sugestiva dentro del conjunto.

El instrumental “The Crossing Toll” hace las veces de intro con unas notas llenas de magia. Magia marcada por la sencillez sonora, pero la complejidad en la ejecución de una pieza muy ágil que ya nos transporta a un duro “J.´s Serenade”, con unos riffs muy thrash, aunque la voz luego es melódica y marca de la casa. Nos encontramos con esos estribillos ampulosos y esas orquestaciones que caracterizan a la banda, pero saben jugar con terrenos un tanto dispares. Así por ejemplo “Aura” es más oscura, con un estribillo con cierto matiz gótico.  “Bloody Weednesday” es una veloz pieza de power metal que pueda enlazar con la primera época de la banda, mientras que “Captive” es puro preciosismo hecho música, siempre con unos cuidados ambientes y un gran punteo que sirve de puente en una parte de la composición, pero sin caer en repeticiones. Así “Dr, Julius B” adquiere un aire majestoso para adentrarnos más en el protagonista de esta historia, seguido de un “Confession” de sentimiento más atormentado. “One Day I Will” les acerca al progresivo, estilo del que siempre han estado a un paso, cuando no meten un pie dentro de él, como en este caso. No falta una preciosa balada de título “Anna”, cerrando el disco con dos completos temas como el potente y elaborado “Psycho Kid” y un “Blackened Heart” en el que tampoco faltan elementos propios de Secret Sphere, con un punzante riff que parece tomado del metal de los 90.

Toda la obra es un derroche de facultades marca de la casa. Exhibición de melodía, técnica y versatilidad dentro de un power sinfónico con muchas posibilidades. Habiendo bandas con recursos como los de Secret Sphere no entenderé nunca a aquellos que dicen que ya se han saturado de este estilo. Cierto que se petó mucho el panorama hace algo más de 20 años, pero hay que saber distinguir el grano de la paja. Y Secret Sphere siguen destapando el tarro de las esencias cuando componen nueva música.

ANTONIO REFOYO (antonio@lamiradanegra.es)

Sello: Frontiers (www.frontiers.it)